martes, 5 de abril de 2011

AVENTURAS DE UNA BOTELLA. - LAURA BOUBETA


AVENTURAS DE UNA BOTELLA




Fairy vivía en uno de los supermercados “Alaciudad”, en la plataforma 3, al fondo de todo. Con la crisis la gente compraba marcas más baratas mientras que Fairy seguía triste. Todos los días hablaba con su amiga la lechuga, que estaba en la plataforma de enfrente. Hablaban de fútbol, política, economía…



Pero, un día, alguien compró a Lechuga. Pero Fairy no se puso triste pues, si no la compraban, se pondría mala, a lo que los humanos llamaban “pudrir”.



Fairy estaba desesperado: si nadie lo compraba pronto, los dueños de la tienda lo tirarían. Así que se muy adelante para que lo vieran bien. Estuvo bastante tiempo allí hasta que lo compraron.



Lo metieron dentro de una señora a la que no conocía. Ésta era muy habladora, y a Fairy no le caía bien. Era blanca como la nieve y tenía dos orejas grandes, pero huecas por dentro. Se llamaba Bolsa. Fairy escuchó que costaba 30 céntimos. “Lógico”. Una persona que hablaba tanto no podía ser más cara que él.



Llegaron a otro lugar. Al parecer, no estaban allí para ser vendidos. Fairy estaba orgulloso porque, por fin, iba a ser útil. A la Bolsa charlatana la tiraron a la basura.



Poco a poco, pasó el tiempo y empezaron a gastarlo. Una tarde, mientras hablaba con una araña en la despensa, llegó un nuevo inquilino: una botella de lejía que se llamaba Estrella. Fue gastada antes que él y fue directa a la basura.



Fairy estaba impaciente por ser gastado y, así, reunirse con sus amigos. Y por fin llegó el día. Tras doce semanas, Fairy se gastó. Por fin iba a ir con sus amigos. Una mano lo cogió y lo llevó hasta la basura. Pero…¡qué desilusión! Allí no estaban ni Estrella, ni Bolsa, sólo había productos desconocidos para él.



Poco después descubrió que la basura era vertida en un contenedor y, posteriormente, en un camión. Esto pasaba todos los días y explicaba por qué Estrella y Bolsa no estaban allí. Fairy no sabía lo que le esperaba cuando el camión lo vertió en una gran montaña de envases como él. Allí hizo muchos amigos y, un día, escarbando un poco, encontró a Estrella.



Estaban por fin juntos, pero…¿duraría mucho tiempo? ¿Se volverían a separar? Eso era algo de lo que no estaban seguros. Descubrió que estaban allí para ser derretidos pero nadie sabía para qué ni cuándo ocurriría. Pasó mucho tiempo y Fairy y Estrella hacían cosas juntos: paseaban por los extensos montones de basura, se hacían regalos…bueno, cosas de novios. Pero ya había llegado la hora de ser derretidos. La incineradora se había encendido. Fairy sentía mucho calor pero, a pesar de todo, no soltaba la mano de Estrella. Los dos se derritieron y volvieron a formar una sola botella. Una máquina, nueva para ellos, los transportó a una fábrica. Allí los etiquetaron con el nuevo nombre de Coca-cola. Coca era Fairy y Cola, Estrella.



Ahora sabían que estarían siempre juntos.



Laura Boubeta. 1º ESO B